Durante la temporada de lluvias, una fina capa de agua cubre el salar, reflejando el cielo y las montañas circundantes en un espejo perfecto. Puedes caminar por esta “orilla del cielo,” sintiendo que flotas entre las nubes. En la estación seca, las formaciones geométricas de sal cristalizada crean una vista igualmente sorprendente y misteriosa.